martes, 29 de septiembre de 2009

Filamentos de esperanza


Un filamento de luz le susurra con ternura
a una habitación que había estado profundamente oscura:
observa, por esa pequeña hendija que has olvidado de cerrar
he penetrado en silencio y todo tu corazón se ha abrigado de dulce esperanza.
A lo que la habitación oscura le contesta llena de paz en su interior:
Bendita luz
No me hubiese dado cuenta de tu presencia si hubiese estado siempre iluminada. Ahora abriré sin temor mis ventanas.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Duendes verdaderos


Escribo porque de algún modo

los duendecillos que se pasean

en el árbol de mi cuerpo

necesitan desahogar sus fantasías

más excéntricas y liberadoras.

no es fácil corretear en los quimeras

que revolotean en la cabeza

Es como pintar el sol en el agua limpia

más, si ser duendecillo ya es una tarea harto complicada

darles voz y darles magia lo es aún peor

pero, ¿hay algo más dulce

que liberarlos y dejarles hilar

la manta que cubre los sueños

de los idealistas y de los que tienen el alma flotanto
en una pompa de jabón?

sábado, 26 de septiembre de 2009

Mujer, bendita tu eres


Mujer bendita tu eres
entre todos los gritos desesperados
de la vida humana
déjame nacer de nuevo
para yo fecundar otra vez el fruto bendito
que me quitó la noche de la muerte.
No me dejes vivir bajo este cielo
y no ver su rostro en el que se dibujaba el mío,
su risa de alegres campanas
su voz que era como el tintineo de las estrellas.


Entre todas las mujeres mi fatiga
es el fruto de mi espera
de andar trás sus pasos raudos
cansados de vida
no me dejes caer en tentación
de llorar toda la vida dentro de mi alma
sin que las lágrimas resbalen en mi rostro.

Me arrodillo, me camino el cielo entero
cada estrella es un cirio encendido en tu memoria
me dejo llevar por las corrientes de los misterios más allá de la materia,
en algún rincón, en alguna luz, en algún sonido cósmico
estarás mirándome.
Alguna chispa brillará en tus venas, que riegan
el universo de mis anhelos.

Escucha como te canto canciones
que las he recogido de los orígenes del firmamento
canciones infinitas en las que te llamo
como canta el marinero en sus noches solitarias
cuando el mar le sumerge sin nada más que aguas, silencio  y cielo.
Nada más que alguna ave perdida
y el rumor tranquilo del océano
que acuna la ensoñación en la que vivo
esperándote paciente,
por sí alguna vez vuelvo a sentir la calma de tus pasos
por sí te engendres en el simiente de la vida
en una flor, en una luz, en un suspiro.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

HISTORIAS DE PAPEL


Como una manzana exquisita y tentadora

me dibujo en los manuescritos secretos

de mi vida.

Cada vez que aparece una lágrima que desborda la represa de mis ojos

la garabateo como una espina sin piedad refundida

en el alma.

Una puerta enorme es mi trazo más amargo

una puerta que ha cerrado el madero

de sus abrazos para siempre.

Mis dedos tembloros son la pluma

que apremia en escribir mis historias mal contadas

y cierro los labios de mi libro cómplice

que cuenta mis destierros en tierra firme

que a nadie le importa escucharlas.

Papeles sin vida que vuelan por los aires tristes

de algún recuerdo porfiado

que se empeña en guardarse en mi pecho.

Cada retazo de mi vida es una nube fantasiosa

un pañuelo que secó mil lágrimas

con alguna inicial de un nombre

que ahora ya no tengo memoria.

Unas frases etéreas que vuelan sin dirección definida

como una avioncinto de papel

que juguetea por los aires inciertos.



miércoles, 9 de septiembre de 2009

MADRE



He despertado de un sueño envuelta en rosas azules

he visto el paraíso en el que las notas de música

nacen en campanas cósmicas

con repiques sagrados.

Allí he caminado con los pies desnudos


con el alma abierta y los ojos buscando


palomas que picotean felices el pergamino añejo


que se extiende en las historias que nos cuentas


con tus labios de bruma lejana,

de caracoles que resbalan


en el abismo nocturno de mitos y fábulas.


Madre de vientre pródigo de valle abundante


tus manos de vid derraman vinos salvajes


en el aire que embriaga la vida.


Estás sentada en el trono que espanta


a la tristeza al dolor al encierro


tu puerta adolorida a veces


está abierta como el desierto

sangrante por la furia de zarzas estériles


otras veces tus ventanas del alma

son oasis abundantes


de sueños


que pasan en las nubes silenciosas


que ahora son vida al instante son muerte


y al otro son vientos sagrados


que silban sobrecogidos de tierna esperanza.


Madre del río que fluye por las venas de la noche sedienta


madre que amamantas la dulce canción de la cuna uterina


madre de los árboles que expanden alegres


las vertientes profundas de sus sabias vitales.

Madre del sonido

madre del silencio

sentada en la hamaca juguetona que mece

al tiempo a las horas añejas

a las horas nuevas

a los relojes que vuelan y se esconden en los nidos del tiempo.


Tú me trajiste a esta dimensión de trozos de dolor y de miedo


de alegría de risa de llanto de torpes deseos


madre...


este calvario en el que mis pasos errantes


buscan el pecho del mar que se abre


como un volcán hambriento de dulces hechizos


de bruscos latidos que remecen feroces


los fuertes estertores del cielo agitado.

Ay madre, tu me naciste, madre


como un sueño en el borde de la noche que grita

que gime que madura el ovario del mundo.


Aquí estoy mujer del cielo amándote

como ama un lobezno tranquilo

a su madre que aúlla a la luna

que se pierde callada

en la noche infinita del alma.

Abrigas mi vida con tu pecho

de horno de tierra de pueblo pequeño

hueles a pan y café calientes en mañana helada.


Busco tu pecho tibio de nido

de águila pequeña en la cumbre del cielo.